No me gusta escribir porque le temo a que se vuelva una adicción, tampoco cuando lo hago por disciplina (es un asco), y cuando tengo que pensar más de lo normal una palabra, no es lo mismo que cuando fluyen.
No me gusta escribir, cuando estoy en equilibrio, la verdad, mis notas quedan mejor cuando estoy en mis extremos; con mis emociones o mi razón. Tampoco cuando no hay algo que me inspire, cuando no hay incentivos.
No me gusta escribir cuando estoy en un estado desmemoriado-inspirado, es frustrante cuando fluyen ideas geniales, y no da tiempo de anotarlas todas hasta olvidarlas.
No me gusta escribir cuando me tengo que hacer muchas preguntas!!!!
Escribo porque adoro detallar, porque me gusta expresar en letras el cómo es cada espacio de mi mundo. Me gusta contar como veo la vida, es similar a prestarte mis ojos por un momento.
Me gusta escribir porque es placentero que las interpretaciones serán infinitas.
Me gusta escribir porque es excitante sembrar ideas, creo que cada nota, monta una película en tu mente.
Me gusta escribir porque, siento que le pongo piernas a cada pensamiento, y dejo que caminen hacia todos lados, como si cada uno fuera libre en un viaje diferente.
Me gusta escribir porque es una buena manera de saber dónde me encuentro y rápidamente moverme por mi propio contenido.
Me gusta escribir porque me siento acompañado, porque es genial que una hoja en blanco no pueda hablar y preguntar estupideces (aunque lo confieso; quisiera que sonriera conmigo a veces)
Me gusta escribir, porque es como mandar sueños
Me gusta escribir, cuando abres tu billetera y encuentras un sticker que dice “porque eres un chico excelente”
Me gusta escribir, porque ayer cuestionaron mis convicciones y hoy soy yo quien lo hago
Un abrazo a mi nueva amiga: una noche, cervezas, buenas historias, abundante humo de cigarro y esa pregunta, que me trajo de nuevo a las teclas